Hace unos días visitabamos el museo Picasso y Thyssen en la ciudad de Málaga, también la Alzazaba y Gibralfaro. Durante el viaje de ida abordabamos parte de su historia.
El segundo día de Navidad del año 1481 el
emir andaluz Muley Hasán, ataca y recupera Zahara, en el distrito de Ronda. Villa
que había sido sido invadida por D. Fernando de Antequera en los años de su Regencia.
Como reacción los castellanos al mando del Marqués Cádiz D. Rodrigo Ponce de León conquista tras un ataque por sorpresa
Alhama de Granada el 28 de Febrero de 1482. Se había iniciado la guerra de
invasión y exterminio de lo que quedaba del al-Ándalus libre, conocido como
“Reino de Granada”.
Tras fracasar Muley Hasán en el intento que
hizo para recuperar Alhama de Granada, su esposa la sultana Aixa promueve una
sublevación para derrocar al Emir y proclamar rey a su hijo Abú Abdallah (Boabdil).
La sublevación es vencida por el enérgico rey, y la sultana y su hijo son
encerrados en una torre de la Alhambra. Salvado de la prisión por una argucia
de su madre, Boabdil es conducido por sus parciales a Guadix. Desde allí con
sus seguidores regresa a Granada, insurreccionando contra el poder legítimo a
parte de la ciudad. Ante el peligro el emir Muley Hasán se refugia en el castillo de Mondújar. Allí
acudieron los leales al rey, encabezados por su hermano el valiente Abdallah el
Zagal. A la noche siguiente atacan Granada, y los andalusíes, ya en guerra
civil, se desangran mutuamente.
Siéndole adverso el enfrentamiento con su
hijo, el Sultán se refugia en Málaga, que con Baza, Guadix y otras ciudades y
fortalezas de importancia, se mantuvieron en su obediencia. La capital y la
mayor parte del reino proclamaron como soberano a Boabdil. Y esto sucedía cuando los castellanos
ya habían iniciado la guerra de agresión para la ocupación total del reino de
Granada. Lo que quedaba del al-Ándalus libre.
En
1483 en los desfiladeros que dan acceso al mar de Málaga Abdallah el Zagal
derrota a los castellanos que huyen estrepitosamente. La batalla de la Ajarquía
fue una gran victoria de los andalusíes. Boabdil para emular ante los suyos la
Gloria que El Zagal había alcanzado en La Ajarquía, ataca Lucena. Allí es
derrotado y hecho prisionero por los castellanos. Éstos lo trasladan a Córdoba
y de allí a la torre de Porcuna.
Enterado en Málaga Muley Hasan de lo que
había sucedido, se traslada a Granada donde es restablecido por sus partidarios
en el trono. Entre tanto la madre de Boabdil manda un cuantioso rescate al rey
Católico para liberar a su hijo. Fernando se reúne con su consejo y acuerdan
liberar a Boabdil, como medio para encender de nuevo la guerra civil entre los
andalusíes. El rey Chico para quedar libre tiene que dejar como rehenes a sus
hijos Yusuf y Ahmad, con el fin de que Boabdil cumpliera el tratado secreto que
los castellanos le habían impuesto: ayudar a los reyes cristianos a que
conquisten al-Ándalus. Lo que quedaba libre de su propio país. El tratado entre
otras cosas decía: Boabdil se reconocería vasallo de los reyes de Castilla; que
les pagaría un tributo anual de doce mil doblas de oro; que les daría paso por
sus tierras a las tropas cristianas que fuesen a hacerle la guerra a su padre
Muley Hasán y a su tío El Zagal. Que daría por rehenes a sus hijos como ya
hemos dicho, y que se guardarían treguas por dos años entre los príncipes.
El tratado fue firmado a fines de Agosto de
1483. Tras firmarlo se dirigió a Gtranada entrando de noche por un postigo
secreto del Albayzín. Sus parciales lo proclamaron de nuevo y el enfrentamiento
con los partidarios del emir legítimo se reanudó de nuevo en las calles de
Granada. Ante el enfrentamiento sangriento un consejo de notables de la ciudad
logró un armisticio proponiendo: Que Muley Hasán reinara en Almería y Boabdil
en Granada. La guerra civil estaba de nuevo servida para regocijo de los
invasores castellanos, que veían como se les facilitaban sus planes de
ocupación y dominio total del País.
Tras una algazara de las tropas de Muley
Hasán por tierras de Sevilla, su ejército sufre una derrota en Lopera. La
fortaleza de Zahara cae de nuevo en poder de los castellanos. La guarnición
castellana de Antequera cruza la Ajarquía y tala mieses y viñedos de Alora,
Coín y Cártama, cuyos campos estaban tan bien cuidados por los andalusíes.
El conde de Tendilla, gobernador de la
ocupada Alhama de Granada, no teniendo oro para pagar a sus tropas, discurre
fabricar una moneda de cartón, obligando a aceptarla en la compra de todo tipo de
artículos, bajo severas penas. Es por tanto aquí en Andalucía donde por primera
vez se usó el papel moneda, y se hizo forzoso su curso.
Castilla abre en 1484 la invasión en toda
regla de la kora o provincia de Málaga. Conquista Alora y Setenil, empleando
numerosas piezas de artillería. Mientras Muley y Boabdil gastaban sus energías
combatiéndose mutuamente. Éste último atacado por el sultán Muley en Almería,
huye y se refugia en Córdoba con los cristianos, donde los reyes Católicos dan
órdenes a sus capitanes para que le ayuden en la guerra contra su padre.
En la primavera de 1485, Fernando el
Católico con 9.000 caballos y 2.000 infantes conquista Coín y después hace lo
mismo con Cártama. Después en mayo de 1485 rinde Loja. La conquista de Ronda,
ciudad inexpugnable, y las de Alora, Coín y Cártama, formaban con Antequera y
Alhama de Granada una fortaleza de primer orden. Ocupadas estas ciudades, el
camino para invadir Málaga y Granada estaba abierto. Y sin embargo, a pesar de
este negro panorama, el pueblo de Grnada estaba entregado a la anarquía y a los
horrores de la guerra civil.
Ante tales desastres el pueblo aclama a
Abdallah El Zagal, gobernador de Málaga, obligando a Muley Hasán a abdicar en
favor de su hermano, que parecía la única esperanza de los andalusíes. El Zagal
tras vencer a un escuadrón de caballeros de Alcántara que le había salido al
encuentro, entra victorioso en la capital.
Las intrigas con los Abencerrajes de la
perversa Aixa, siembran una vez más la dioscordia, y ahora para paliarle el consejo de notables
acuerda dividir el reino entre tío y sobrino. El Zagal reinaría en las ciudades
de Almería Vélez y Málaga, con el territorio de Vélez y la Alpujarra y el
segundo con el resto del Reino, quedando Granada como ciudad neutral, donde los
dos soberanos podrían residir simultáneamente, gobernando uno desde al Albayzín
y el otro desde la Alhambra.
Los castellanos, desligados del tratado con
Boabdil, en 1486 atacan y conquistan Loja. Hacen allí prisionero al Rey Chico,
y a través de Gonzálo de Córdoba le imponen un nuevo tratado: Boabdil abdicaría
del título de Rey de Granada, recibiendo el de duque o marqués de Guadix, con
el señorío de esta ciudad. Quedaría obligado a hacer guerra sin tregua a su tío
El Zagal, y a los soldados y moradores de Loja se les respetaría vida y
hacienda. El 29 de Mayo de 1486 los castellanos entran en la ciudad.
Boabdil va a Priego a
curarse de las heridas de la batalla, y de allí a Lorca a activar la guerra
contra El Zagal. En Junio de 1486 los reyes Católicos invaden Salar,
Montefrío,Yllora, Moclín y Colomera. Plazas fuertes de segundo orden situadas
en arco de círculo, a pocas leguas de Granada.
En 1487 marchan sobre Vélez-Málaga con
20.000 caballos y 50.000 infantes dotados de numerosa artillería para
conquistar esta plaza, clave para poder atacar a la opulenta Málaga, emporio
del comercio granadino con África y con el Oriente. El Zagal acudió a
auxiliarla pero fue interceptado por el ejército castellano. Vélez Málaga
capituló el 3 de Mayo de 1487, siguiéndole otras villas y fortalezas de la
Ajarquía.
En su menor anchura de sur a norte, el
reino de granada quedó dividido. La pérdida de Vélez fue un duro golpe para el Zagal. A su regreso
a Granada, sus habitantes le cerraron las puertas de la ciudad. A Boabdil lo
condujeron a la Alhambra. El objetivo de los reyes Católicos era ahora Málaga. Pero esta ciudad estaba defendida por
dos excelentes fortalezas, ceñida de recios y torreados muros provistos de
buena artillería, abundantemente abastecida de todo cuanto necesitaba para
sufrir un largo asedio, y defendida por una numerosa guarnición que mandaba
Hamet el Zegrí. Capitán de gran reputación militar.
Dentro de sus murallas tenía juna numerosa
población de comerciantes, mercaderes, industriales y propietarios, gentes
acostumbradas al lujo y a las comodidades; que miraban la guerra como la mayor
de las calamidades. Y estaban dispuestas a todo género de sacrificios para
conservar la paz. Entablaron negociaciones secretas con los cristianos,.
Descubiertas por el Zegrí, ejecutó a los traidores. Los castellanos intentaron
negociar con el Zegrí dándole una capitulación especial para él y sus
allegados. Más éste fiel a su patria andalusí se negó a toda componenda.
E 7 de Mayo, los castellanos tras el
fracaso de todas las negociaciones para que la ciudad capitulara se decidieron
a atacarla. Al pasar los castellanos con su escuadra por las proximidades de
Gibralfaro fueron bombardeados con la artillería desde esta fortaleza. Se
estableció el sitio de la ciudad.
La artillería castellana batió sin descanso
la ciudad de Málaga. Un cuerpo de ejército que El Zagal envió desde Guadix para
auxiliarla fue destruido. Hamet el Zegrí se negó a todo intento de negociación
que los castellanos le hacían. Hizo una fuerte salida atacando a los
sitiadores, pero estos fueron rechazados y tuvieron que entrar de nuevo en la
ciudad. Ante la desesperada situación que había en la ciudad; Hamet El Zegrí,
salió de la ciudad y con lo mejor de su tropas se atrincheró en la fortaleza de
Gribralfaro, resuelto a defenderse hasta perder la vida. Los malagueños, en las
ciudad, nombraron una comisión para que negociara con los castellanos la
entrega de la ciudad de Málaga, bajo seguro para sus personas y sus bienes.
Negóse el rey Católico a suscribir todo lo que no fuera la entrega a
discreción, en castigo a su obstinada resistencia. Y los desgraciados
malagueños tuvieron que resignarse al horror de la venganza de los invasores.
El día 20 de Mayo de 1487 D. Fernando y Dña. Isabel entraron en Málaga con su
corte: los prelados y el clero que había asistido a la campaña. Se dirigieron a
la Mezquita Mayor y la consagraron como templo.
Al día siguiente de ser ocupada la ciudad
se rindió la fortaleza de Gibralfaro. Y el valiente y bravo Hamet el Zegrí, fue
conducido cargado de cadenas al castillo de Carmona.
La derrota de Málaga, decidió la suerte de
la ciudad de Granada, que privada de su puerto más importante y rodeada de un
formidable enemigo, más la guerra civil que la devoraba, presagiaba ya su
rápido final.
Ahora Abdallah El Zagal
controlaba sólo: Almuñecar hasta Almería en la costa, con los territorios de la
Alpujarra y los de Guadix y Baza, que era la capital del Zagal.
Granada con la vega y las montañas próximas
obedecían a Boabdil. El resto del reino andalusí lo habían invadido ya los
castellanos. Y los andalusíes seguían combatiendo entre sí. Mientras Abú
Abdallah (Boabdil) seguía el plan secreto que le habían impuesto los reyes
Católicos.
Todo había comenzado por los celos que la
sultana Aixa tenía de Soraya, la nueva esposa marteña que tomó Abul Hasán.
Temía que un hijo de ésta fuera nombrado heredero del trono Nazarita, en
detrimento de Boabdil el heredero oficial. Aliada con la influyente familia de
los Abencerrajes propició un golpe de estado contra su marido, el monarca
legítimo del Reino de Granada, que al fracasar, en parte, fue el detonante de
las llamadas guerras civiles de Granada, gracias a las cuales en once años de
guerra los castellanos se apoderaron de todo el reino, lo que quedaba de
al-Ándalus.
Si los andalusíes hubieran estado unidos,
los castellanos, y tras ellos Europa, difícilmente hubieran podido apoderarse
de Andalucía.
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