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viernes, 29 de mayo de 2015

Al-Bayyasi, rey de Baeza

Abd Alláh ben Muhammad al-Bayyasi (El baezano) fue un personaje que llegó a proclamarse Emir de un efímero reino de Bayyasa (actual Baeza). No sabemos su fecha de nacimiento pero sí la de su muerte que ocurrió en 1226 decapitado por los almohades en el castillo de Almodóvar del Río.
Era hijo del Mohammad ben Umar, que era el gobernador de Baeza. Posiblemente su familia era autóctona de la ciudad jienense aunque ellos se consideraban de noble estirpe almohade haciéndose descender del mismísimo Abd al-Mumin, el primer califa almohade.
Vista aérea de Baeza
Lo cierto es que su familia estaba muy vinculada al poder almohade, pues tanto él, como su padre, su tío y su primo-hermano ocuparon puestos de gobernador en diferentes ciudades. Curiosamente, su primo, que era gobernador almohade de Valencia, y él, como gobernador de Baeza, llegaron a proclamarse emires de sus respectivos territorios, en lo que se ha considerado como los terceros reinos taifas.

Y curiosamente también los dos son piezas fundamentales para entender la conquista del valle del Guadalquivir, por Fernando III, rey de Castilla, y de Valencia, por Jaime I de Aragón. Y es que, al querer mantenerse como soberanos de sus respectivos territorios, al-Bayyasi y su pariente Abu Zayd, tuvieron que declararse vasallos respectivamente del rey castellano y del aragonés, combatiendo junto a ellos contra los almohades.
De hecho, Abū Zayd terminó convirtiéndose en 1236 al cristianismo, siendo bautizado con el nombre de Vicente Bellvís. Su primo al-Bayassi no llegó a convertirse al cristianismo porque fue decapitado por los almohades por traidor, pero sí que lo hizo su hijo, que convertido en caballero cristiano, de nombre Fernando Abdelmón, entró en 1248 junto al rey castellano en Sevilla, como uno de los ilustres “reconquistadores” y pobladores que se repartieron el botín de la capital almohade.
Al-Bayyasi fue nombrado en 1223 gobernador de Jaén por el Califa almohade Abu Yaqud Yusuf II, pero su mandato fue muy corto ya que el Califa murió al poco tiempo desatándose la guerra de sucesión, y el nuevo Califa lo destituyó. Como venganza al-Bayyasi se puso del lado de otro aspirante al Califato, Adb Alláh al-Adil, que era gobernador de Murcia, y que no aceptó la designación de su hermano al-Majlu, llegando a conseguir la obediencia de los gobernadores de Granada, Córdoba, Málaga y Jaén.
En nombre de al-Adil, al-Bayyasi encabezó un numeroso ejército para someter a los partidarios de al-Majlu, que controlaban Sevilla, la capital de los almohades en al-Andalus. A este ejército se le sumaron las tropas de Abu-l-Ula (gobernador de Córdoba y hermano de al-Adil). Sometieron al gobernador de Sevilla y al-Adil se instaló allí. Al-Bayyasi esperaba que el nuevo Califa lo nombrara gobernador de Sevilla, pero prefirió a su hermano Abu-l-Ula y a él lo nombró gobernador de Córdoba.
El ambicioso baezano no se conformó y decidió proclamarse emir independiente en Córdoba en 1224, conquistando y sometiendo otros territorios de Córdoba, Badajoz Ciudad Real y de Jaén (entre ellos Baeza, su localidad natal). El Califa contraatacó reconquistando todas las plazas menos Baeza, donde se refugió al-Bayyasi.
Viendo que no tenía apoyos en el bando islámico contactó con Fernando III aliándose con él y declarándose su vasallo. Juntos hicieron la guerra al Califa almohade. Conquistaron Jaén y Quesada. A cambio del apoyo militar del rey castellano, al-Bayyasi le cedió algunas plazas como Martos y Andújar. En ellas el rey cristiano puso al frente a un mercenario de la guerra conocido como Álvarez Pérez de Castro “el Castellano”. Este personaje, que antes había estado luchando a favor de los musulmanes contra el mismo rey Fernando III, ahora había vuelto a hacerlo en favor del castellano.
Al-Bayyasi, con la ayuda del ejército castellano, volvió a conquistar Córdoba y asediar Sevilla, obligando al Califa almohade a retirarse de al-Andalus. Por miedo al nuevo aliado del baezano, la mayoría de las poblaciones entre Córdoba y Sevilla reconocieron al-Bayyasi como nuevo Emir. Este se instaló en Córdoba mientras en Sevilla, a la que no pudo llegar a conquistar, seguía mandando su antiguo aliado y ahora enemigo, Abu-l-Ula, hermano del Califa.
La nueva situación de los cordobeses, como vasallos del rey castellano, no les agradaba. En 1226 hubo una revuelta popular contra el Emir, al que consideraban traidor por su amistad con los cristianos. Al Bayyasi tuvo que salir huyendo de Córdoba refugiándose en el castillo de Almodóvar del Río, pero allí fue asesinado por el gobernador de esa plaza que lo traicionó.

Con las tropas castellanas aposentadas ya en la cabecera del Guadalquivir, el rey castellano tuvo en el punto de mira la conquista del valle del Guadalquivir, pero eso era ya cuestión de poco tiempo al verse libre de los compromisos con su aliado musulmán a raíz de su muerte. 

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