Abu
Bakr Muhammad ibn Abd al-Malik ibn Muhammad ibn Tufail al-Qaisi
al-Andalusi, conocido con el nombre latinizado de Abubacer y
Abentofail, no se sabe muy bien la fecha ni el sitio donde nació.
Posiblemente nació en Guadix entre el 1105 y el 1110, aunque algunos
biógrafos señalan como lugar de nacimiento Purchena o Tíjola.
Murió en Marrakech en el 1185.
Tuvo una amplia
formación. Además de los estudios básicos de la época, estudió
en Almería derecho, medicina, matemáticas y filosofía, siguiendo
en esta materia el pensamiento de Ibn Bayya (Avempace). Aunque no se
conocen obras suyas sobre astronomía, es muy probable que tuviera
grandes conocimientos sobre el tema y que los transmitiera a sus
discípulos Averroes y al célebre astrónomo andalusí al-Bitruyi,
mas conocido con el nombre latinizado de Alpetragio. También
escribió poesía, una afición muy habitual en los intelectuales
andalusíes.
Abentofail vivió tiempos
convulsos y de inestabilidad política y militar. Por un lado vivió
las incursiones contra los almorávides del rey aragonés Alfonso I
El Batallador, que hizo por tierras de al-Ándalus, especialmente por
Granada y Almería, a petición de los rebeldes andalusíes. Estas
incursiones duraron mas de un año y terminaron con el exilio de
varios miles de andalusíes que habían ayudado al rey aragonés
contra los almorávides. Los andalusíes se fueron con las tropas
aragonesas y se instalaron en el valle del Ebro.
La inestabilidad militar
volvió a reproducirse en el 1144 con las algaradas de Alfonso VII de
Castilla, que incluso llegó a tomar parte del reino granadino con la
ayuda del caudillo andalusí Sayf al-Dawla. En este contexto de
inestabilidad surgieron en algunas partes de al-Ándalus otros
pequeños y breves reinos taifas. Uno de estos es el que había
instaurado en Guadix y Baza un descendiente del último gobernador
zirí de la zona. A su corte acudieron poetas y filósofos como Ibn
Tufail.
Tras la desaparición del
reino taifa de Guadix y Baza, y su incorporación al imperio
almohade, Abentofail pasó a formar parte de la administración
almohade. Ejerció como médico del gobernador de Granada, y como
secretario de los gobernadores almohades de Granada, Ceuta y Tánger.
Pero su culmen fue pasar al servicio del mismísimo sultán almohade
Abu Yaqub Yusuf como médico de cámara, e incluso, según algún
cronista, llegó a ser Visir. Como miembro de la corte del sultán,
siguió a este en sus desplazamientos por diferentes ciudades,
especialmente Sevilla, donde pasaba largas temporadas.
Cuando la edad y el
estado físico no le permitieron seguir con sus tareas, se retiró a
su casa de campo en Tíjola. Sin embargo la muerte le sorprendió en
el 1185 estando en Marrakech donde fue enterrado.
Entre sus discípulos se
encuentra otro gran médico y filósofo como él, el gran Ibn Rushd
(Averroes). Abentofail fue el que introdujo en la corte Almohade a
Averroes, y al que cedió su puesto de médico de cámara del sultán.
Cuentan los cronistas que
fue Abentofail el que indujo a Averroes a poner por escrito la
filosofía de Aristóteles, comentándola y haciéndola comprensible
para un musulmán como el sultán almohade que estaba abierto al
saber.
Fue autor de muchas
obras, pero entre todas destaca una titulada Carta
de Hayy ibn Yaqzan sobre los secretos de la sabiduría oriental,
que es un cuento alegórico en el que un personaje que se cría solo
en una isla solitaria y que a través de la reflexión y la
observación pasa del conocimiento científico al místico. En un
momento dado aparece en la isla otro personaje, un místico-religioso
que quiere retirarse a la vida contemplativa en la isla. Ambos se dan
cuenta de que buscan lo mismo pero por caminos diferentes. Con esta
historia Abentofail trata de compatibilizar la verdad religiosa con
la verdad científica, una obsesión muy habitual en los “humanistas”
andalusíes, que quieren compatibilizar sus creencias religiosas con
sus inquietudes científicas.
Esta novela de Ibn Tufail
es, probablemente, la segunda obra literaria escrita en árabe más
veces traducida y a mas idiomas diferentes, solo detrás de Las
mil y una noches. En la Edad Media se ha traducido al hebreo y al
latín, ya con el título que se le conoce más: El filósofo
autodidacta, y a partir del siglo XVIII se ha ido traduciendo a
otras lenguas como el inglés, holandés, alemán, francés, español,
ruso, persa o urdu.
Las teorías que expone
Abentofail en su novela tuvo cierta trascendencia a partir del siglo
XVIII. Sobre todo en el mundo anglosajón donde tuvo una gran
influencia en movimientos como los cuáqueros.
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