Abd'Allah
Muhammad Ibrahim al-Yayyani, conocido como Ibn Mu'adh al-Jayyani,
nació en Jaén a principios del siglo XI, aunque no se sabe con
certeza el año, y murió en Jaén en el año 1093.
Dibujo de José Vigueras |
Pertenecía
a una familia muy influyente de la ciudad entre los que hubo
prestigiosos alfaquíes que habían desempeñado destacados puestos
en la administración, especialmente el de Cadí. Esta tradición de
juristas en la familia se remonta hasta la época de Abd al-Rahman
II, cuando varios de sus antepasados ocuparon el puesto de Cadí en
Jaén y Córdoba.
Ibn
Mu'adh, en un principio, también siguió la tradición jurídica de
la familia convirtiéndose en un experto alfaquí, gran conocedor del
Corán, la sunna y las tradiciones o hadices. Para completar su
formación viajó en busca de los mejores maestros. Estuvo en Almería
donde en esa época enseñaban el cadí Abu Bakr ibn Sahib y el
alfaquí ibn al-Dalla'i.
Su
fama de hombre sabio en estos temas le llevaron a ocupar durante un
tiempo el puesto de Cadí en Jaén. También en una de sus obras
añade el dato de que fue cadí y visir de Sevilla. Aunque este hecho
no es resaltado por los biógrafos no se puede descartar su veracidad
y es posible que ocupara algún cargo político en la administración
de al-Mutamid cuando Jaén fue anexionada al reino sevillano; y mas
si tenemos en cuenta que Ibn Mu'adh estaba en Sevilla en el verano
del 1079 cuando se produjo un eclipse de sol que él describe en una
de sus obras.
Aunque
sus biógrafos lo que resaltan es su condición de jurista, lo que
más trascendencia histórica ha dado a este personaje ha sido sus
conocimientos e investigaciones en matemáticas y astronomía,
especialmente por sus aportaciones en trigonometría, que desligó
por primera vez en occidente de la astronomía, a la que había
estado vinculada tradicionalmente.
Estos
avances matemáticos ya se estaban dando en Oriente en esas mismas
fechas. No sabemos con exactitud si Ibn Mu'ad adquiere esos nuevos
conocimientos en Oriente y Egipto, donde posiblemente hiciera un
viaje de estudios aprovechando el viaje preceptivo a la Meca, o los
adquiriera a través de libros que le llegaran desde allí, a través
de algún viajero. Este hecho era muy habitual en al-Andalus pues
existía un auténtico negocio en el trasiego de conocimientos a
través de copistas que aprovechaban sus viajes a otras ciudades para
copiar y después vender las copias en al-Andalus donde existía un
gran mercado por la avidez de conocimientos de los intelectuales
andalusíes.
Cualquiera
que fuesen las fuentes de sus conocimientos lo cierto es que la
transcendencia que tuvo posteriormente fue extraordinaria. Sus obras
científicas, de la que conocemos al menos seis, fueron muy
consultadas y traducidas. De algunas de ellas se conocen traducciones
al latín, al hebreo y al italiano. Sus obras fueron traducidas en el
scriptorium de Alfonso X el sabio donde el jienense era considerado
como una autoridad en matemáticas y astronomía, y por lo tanto fue
uno de los sabios andalusíes que influyeron decisivamente en el
renacimiento europeo.
Entre
sus aportaciones científicas podemos destacar la demostración del
teorema del seno y el cálculo de los valores actuales de la función
de la tangente. Así mismo, una de sus obras, “Comentario del
concepto de razón matemática”, está dedicada a comentar y hacer
más comprensible en el mundo musulmán al matemático griego
Euclides. En su “Libro del crepúsculo matutino y vespertino”
elabora un método para calcular la altura de la atmósfera. Esta
obra fue muy popular en la Edad Media y el Renacimiento y se tuvieron
como válidas sus mediciones hasta el siglo XVII.
Elaboró
unas tablas astronómicas adaptadas a las coordenadas de la ciudad de
Jaén en la que calcula la longitud en la que se encuentra Jaén. La
obra contiene una tabla de estrellas que mejora la del gran
al-Juarismi. También establece un método para calcular con más
exactitud la dirección de la alquibla en las mezquitas de
al-Andalus. Otra de sus aportaciones fue el desarrollo del algoritmo
conocido como método ecuatorial de límites fijos para la división
de casas zodiacales que fue muy utilizado en las prácticas
astrológicas, especialmente para saber levantar horóscopos.
Pero
quizás la obra más influyente de Ibn Mu'adh fue “El libro de las
incógnitas de los arcos de la esfera”, que está considerada como
el primer tratado de trigonometría esférica del Occidente en el se
considera a la trigonometría como una disciplina independiente de
sus usos astronómicos.
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