Abd
Alláh ben Muhammad al-Bayyasi (El baezano) fue un personaje que
llegó a proclamarse Emir de un efímero reino de Bayyasa (actual
Baeza). No sabemos su fecha de nacimiento pero sí la de su muerte
que ocurrió en 1226 decapitado por los almohades en el castillo de
Almodóvar del Río.
Era
hijo del Mohammad ben Umar, que era el gobernador de Baeza.
Posiblemente su familia era autóctona de la ciudad jienense aunque
ellos se consideraban de noble estirpe almohade haciéndose descender
del mismísimo Abd al-Mumin, el primer califa almohade.
Vista aérea de Baeza |
Lo
cierto es que su familia estaba muy vinculada al poder almohade, pues
tanto él, como su padre, su tío y su primo-hermano ocuparon puestos
de gobernador en diferentes ciudades. Curiosamente, su primo, que era
gobernador almohade de Valencia, y él, como gobernador de Baeza,
llegaron a proclamarse emires de sus respectivos territorios, en lo
que se ha considerado como los terceros reinos taifas.
Y
curiosamente también los dos son piezas fundamentales para entender
la conquista del valle del Guadalquivir, por Fernando III, rey de
Castilla, y de Valencia, por Jaime I de Aragón. Y es que, al querer
mantenerse como soberanos de sus respectivos territorios, al-Bayyasi
y su pariente Abu Zayd, tuvieron que declararse vasallos
respectivamente del rey castellano y del aragonés, combatiendo junto
a ellos contra los almohades.
De
hecho, Abū Zayd terminó convirtiéndose en 1236 al cristianismo,
siendo bautizado con el nombre de Vicente Bellvís. Su primo
al-Bayassi no llegó a convertirse al cristianismo porque fue
decapitado por los almohades por traidor, pero sí que lo hizo su
hijo, que convertido en caballero cristiano, de nombre Fernando
Abdelmón, entró en 1248 junto al rey castellano en Sevilla, como
uno de los ilustres “reconquistadores” y pobladores que se
repartieron el botín de la capital almohade.
Al-Bayyasi
fue nombrado en 1223 gobernador de Jaén por el Califa almohade Abu
Yaqud Yusuf II, pero su mandato fue muy corto ya que el Califa murió
al poco tiempo desatándose la guerra de sucesión, y el nuevo Califa
lo destituyó. Como venganza al-Bayyasi se puso del lado de otro
aspirante al Califato, Adb Alláh al-Adil, que era gobernador de
Murcia, y que no aceptó la designación de su hermano al-Majlu,
llegando a conseguir la obediencia de los gobernadores de Granada,
Córdoba, Málaga y Jaén.
En
nombre de al-Adil, al-Bayyasi encabezó un numeroso ejército para
someter a los partidarios de al-Majlu, que controlaban Sevilla, la
capital de los almohades en al-Andalus. A este ejército se le
sumaron las tropas de Abu-l-Ula (gobernador de Córdoba y hermano de
al-Adil). Sometieron al gobernador de Sevilla y al-Adil se instaló
allí. Al-Bayyasi esperaba que el nuevo Califa lo nombrara gobernador
de Sevilla, pero prefirió a su hermano Abu-l-Ula y a él lo nombró
gobernador de Córdoba.
El
ambicioso baezano no se conformó y decidió proclamarse emir
independiente en Córdoba en 1224, conquistando y sometiendo otros
territorios de Córdoba, Badajoz Ciudad Real y de Jaén (entre ellos
Baeza, su localidad natal). El Califa contraatacó reconquistando
todas las plazas menos Baeza, donde se refugió al-Bayyasi.
Viendo
que no tenía apoyos en el bando islámico contactó con Fernando III
aliándose con él y declarándose su vasallo. Juntos hicieron la
guerra al Califa almohade. Conquistaron Jaén y Quesada. A cambio del
apoyo militar del rey castellano, al-Bayyasi le cedió algunas plazas
como Martos y Andújar. En ellas el rey cristiano puso al frente a un
mercenario de la guerra conocido como Álvarez Pérez de Castro “el
Castellano”. Este personaje, que antes había estado luchando a
favor de los musulmanes contra el mismo rey Fernando III, ahora había
vuelto a hacerlo en favor del castellano.
Al-Bayyasi,
con la ayuda del ejército castellano, volvió a conquistar Córdoba
y asediar Sevilla, obligando al Califa almohade a retirarse de
al-Andalus. Por miedo al nuevo aliado del baezano, la mayoría de las
poblaciones entre Córdoba y Sevilla reconocieron al-Bayyasi como
nuevo Emir. Este se instaló en Córdoba mientras en Sevilla, a la
que no pudo llegar a conquistar, seguía mandando su antiguo aliado y
ahora enemigo, Abu-l-Ula, hermano del Califa.
La
nueva situación de los cordobeses, como vasallos del rey castellano,
no les agradaba. En 1226 hubo una revuelta popular contra el Emir, al
que consideraban traidor por su amistad con los cristianos. Al
Bayyasi tuvo que salir huyendo de Córdoba refugiándose en el
castillo de Almodóvar del Río, pero allí fue asesinado por el
gobernador de esa plaza que lo traicionó.
Con
las tropas castellanas aposentadas ya en la cabecera del
Guadalquivir, el rey castellano tuvo en el punto de mira la conquista
del valle del Guadalquivir, pero eso era ya cuestión de poco tiempo
al verse libre de los compromisos con su aliado musulmán a raíz de
su muerte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario